jueves, 3 de enero de 2013

MOBBING: TODO LO QUE TIENES QUE SABER.





En nuestro intento de daros absolutamente toda la información que cae en nuestras manos sobre el ACOSO, os iremos colgando todo lo que disponemos, para que interioricemos profundamente este problema con miras a poder crear todas las alternativas de lucha contra el mismo . 

Estas alternativas las tendremos que ir construyendo obligatoriamente, puesto que con este nuevo esquema mundial de esclavismo virtual y sutil, vendrán otras clases de ACOSO no recogidas en lo que por oficial se pudiera entender. Esas nuevas clases tendrán que ser contestadas por otras nuevas respuestas, que tarde o temprano las tendremos que sacar a la luz, en defensa de nuestros compañeros. 

Hace diez años, en mayo, se editara a través de Mundo Obrero un estudio que os pasamos.


                                            DEFINICIÓN

En su fórmula más general, el fenómeno del abuso consiste en la opresión reiterada, tanto psicológica como física, hacia una persona con menos poder, por parte de otra con poder mayor. Es este desequilibrio de poder entre las personas la característica más importante de los distintos tipos de abuso.


                                                FORMAS

El maltrato puede adoptar diferentes formas: puede tratarse de u maltrato directo, con agresiones de tipo intimidatorio, que a su vez puede incluir un daño físico o verbal: o bien puede tratarse de formas de maltrato indirectas, como la exclusión social.

También podemos clasificar el maltrato como maligno y el no deliberado, los dos son igualmente perjudiciales porque la víctima se siente igualmente sometida y sin defensa.
Lo que es evidente es que las acciones intimidatorias suelen mantener un orden ascendente de dolor, pudiendo comenzar por un simple mote para ir pasando lentamente a otros actos más graves, incluso el aislamiento o la agresión física, lo que va acrecentando la sensación de indefensión de la persona acosada.

                                             CONSECUENCIAS

El mobbing no se identifica con conflictos ocasionales o temporales, sino que conforma casos en los que la situación comienza a provocar condiciones patológicas psiquiátricas o psicológicas.
La diferencia entre conflicto y mobbing no reside tanto en el tipo de conductas que se manifiestan o en cómo se producen estas conductas, sino que se trata fundamentalmente de una cuestión de frecuencia y de duración de estas conductas hostiles, que llevan a la víctima a una situación de debilidad e impotencia y a un potencial riesgo de expulsión del entorno social. En conclusión es el uso sistemático de conductas hostiles lo que hace aparecer el desarrollo del proceso del mobbing.


         ¿Por qué se desarrolla un proceso de este tipo?

El análisis de casi 800 casos muestran un patrón casi estereotipado en el trabajo: en todos los casos existe una producción y unos métodos de trabajo extremadamente mal organizados, así como una dirección incapaz o desinteresada.
Un clima laboral enrarecido, tenso o demasiado competitivo produce mobbing.


El mobbing incluye conductas tales como humillaciones a las personas o simplemente no ofrecerles tareas a realizar, aislamiento social, amenazas verbales, maltrato físico, difundir rumores o hacer chistes de la vida privada de un individuo.


                                   Fases del mobbing

En los distintos casos estudiados de mobbing se observa un desarrollo temporal típico que puede sistematizarse en diferentes fases sucesivas. La no resolución del conflicto en ninguna de dichas fases conduce cuando menos a la expulsión de la víctima del mercado de trabajo.

                                   Fase 1: Conflictos cotidianos

En el lugar de trabajo, como en cualquier otro entorno social se producen a menudo incidentes o conflictos. Habitualmente estos pequeños conflictos se resuelven de manera adecuada y sin dejar secuelas. Cuando esto no sucede así, esta situación conflictiva puede ir evolucionando hacia un problema aún mayor. Esta primera fase no puede definirse propiamente como acoso psicológico y su duración suele ser corta.

                          Fase 2: Mobbing y estigmatización

En esta fase los comportamientos o conductas de hostigamiento hacia la víctima se instauran de forma permanente y con la duración requerida. Las razones que fueron la causa primera de este proceso se desvanecen hasta hacerse irreconocibles y el proceso en sí adquiere su propia dinámica de hostigamiento. La víctima no comprende la razón de esta situación; en algunos casos evita o niega la realidad, en otros se autoinculpa, y en otros se quiere revelar contra esta situación injusta. Este proceso provoca un aislamiento de la víctima, una disminución de su autoestima y van apareciendo los primeros síntomas de estrés.

                         Fase 3: Intervención desde la empresa

Los procesos de mobbing afectan negativamente al funcionamiento de las empresas. En este momento alguna persona de la dirección interviene para intentar solucionar el conflicto. Sin embargo en este punto del proceso (quizá ya con más de seis meses o un año desde su inicio), el conflicto se personaliza y se tiende por parte de los agentes externos a responsabilizar a la víctima o, en todo caso, la posible solución pasa por su persona y no por la de los agresores.

                                             Fase 4: Expulsión

La prolongación del proceso de mobbing conlleva una alteración importante de la salud de la persona acosada y es habitual que busque ayuda médica especializada. Sin embargo, muchas veces se obtiene un diagnóstico incorrecto debido a la poca información de los profesionales sobre estos procedimientos; estos diagnósticos se basan en trastornos de la personalidad sin considerar las variables ambientales (hostigamiento) que provocan estos síntomas.
El problema aumenta al incrementarse el sentimiento de culpabilidad de la víctima. Las consecuencias laborales se concretan en una secuencia repetida de bajas y reincorporaciones que no hacen sino aumentar la estigmatización del acosado frente a la empresa que va teniendo más argumentos para responsabilizar del conflicto a los problemas psicológicos del afectado. En este punto, la definitiva resolución del conflicto significa habitualmente la expulsión de la víctima de su puesto de trabajo o incluso del mercado de trabajo.


La desorganización empresarial o bien la rigidez de algunas instituciones y de las empresas muy jerarquizadas también da pie a que ciertos individuos ávidos de poder se ensañen impunemente contra otros.


                                             Consecuencias

A nivel psíquico el trastorno principal que manifiestan los acosados es un miedo acentuado y continuo, unido a un sentimiento de amenaza, lo cual conlleva un elevado estado de ansiedad que poco a poco se generaliza a cualquier situación, no sólo en el trabajo.
Además, pueden presentarse otros trastornos como baja autoestima, apatía, sentimientos de fracaso, e incluso distorsiones cognitivas. Junto a estos problemas el sujeto afectado puede desarrollar comportamientos adictivos y drogodependencia. Si el problema se prolonga en el tiempo, pueden aparecer patologías más graves, como cuadros depresivos, trastornos paranoides o comportamientos autolesivos.
A nivel físico, el trabajador afectado puede presentar patologías psicosomáticas que van desde dolores y trastornos funcionales hasta trastornos orgánicos. Estos sujetos pueden desarrollar conductas de aislamiento, retraimiento, susceptibilidad e hipersensibilidad a la crítica, así como diversas manifestaciones de inadaptación social. Al estar afectada la salud social del sujeto, ello afecta a las interacciones con otras personas. El núcleo familiar y social padecerá las consecuencias de tener cerca una persona con estos trastornos, manifestándose deterioros en las relaciones interpersonales.
En cuanto al rendimiento en el trabajo, los trabajadores que padecen este problema tendrán un aumento del absentismo, así como una disminución de la cantidad y calidad del trabajo. En relación a la accidentalidad, parece que aumenta debido a negligencias, descuidos o incluso accidentes voluntarios.


Los primeros síntomas que aparecen son muy parecidos al estrés: cansancio, nerviosismo, problemas digestivos,  pero si el acoso se prolonga, se puede establecer un estado depresivo mayor.


                          Características del mobbing

Leymann identifica 45 actividades o comportamientos diferentes usados durante un proceso de mobbing, que agrupa en cinco categorías dependiendo de los efectos que tienen sobre la víctima, dichas categorías son:

  1. Efectos en las posibilidades de la víctima para comunicarse adecuadamente.
  2. Efectos en las posibilidades de la víctima para mantener contactos sociales.
  3. Efectos en las posibilidades para mantener su reputación personal.
  4. Efectos en la situación laboral de la víctima.
  5. Efectos en la salud física de la víctima.

A partir de estas categorías presenta la siguiente lista de comportamientos hostiles extraídos de sus investigaciones.

Comportamientos encaminados a impedir que la víctima se exprese:

  • El superior jerárquico niega a la víctima la posibilidad de expresarse.
  • La víctima es constantemente interrumpida.
  • Los compañeros le impiden expresarse.
  • Los compañeros le atormentan.
  • Criticar el trabajo de la víctima.
  • Criticar su vida privada.
  • Aterrorizar a la víctima mediante llamadas telefónicas.
  • Amenazarla verbalmente.
  • Amenazarla por escrito.
  • Rechazar el contacto (evitar el contacto visual, gestos de rechazo, etc.)
  • Ignorar su presencia, por ejemplo dirigiéndose sólo a terceras personas.

        Comportamientos encaminados a aislar a la víctima:

  • No hablarle más.
  • No dejar que ella le dirija la palabra.
  • Colocarla en un sitio que la aleja y la aísla de sus compañeros.
  • Prohibir a sus compañeros que le dirijan la palabra.
  • Negar la presencia física de la víctima.

Comportamientos encaminados a menospreciar a la víctima frente a sus compañeros:

  • Hablar mal de ella o calumniarla.
  • Lanzar rumores sobre ella.
  • Burlarse de ella, ridiculizarla.
  • Pretender que es una enferma mental.
  • Tratar de obligarla a hacerse un examen psiquiátrico.
  • Bromear con una enfermedad de la víctima
  • Imitar el andar, la voz, los gestos de la víctima para ridiculizarlos.
  • Atacar sus convicciones políticas o sus creencias religiosas.
  • Burlarse de su vida privada.
  • Mofarse de sus orígenes o de su nacionalidad.
  • Forzarla a un trabajo humillante.
  • Calificar el trabajo de la víctima injustamente y en términos malintencionados.
  • Cuestionar y contestar las decisiones de la víctima
  • Injuriarla en términos obscenos o degradantes.
  • Acosar sexualmente a la víctima (gestos o propuestas).

Desacreditar a la víctima en su trabajo:

  • No confiarle ningún trabajo nunca más.
  • Privarle de toda ocupación y vigilar que no pueda encontrar ninguna por ella misma.
  • Relegarla a trabajos completamente inútiles o absurdos.
  • Encargarle tareas muy inferiores a sus competencias.
  • Darle constantemente tareas nuevas.
  • Obligarla a hacer trabajos humillantes.
  • Confiar a la víctima tareas que exigen una preparación muy superior a sus competencias con el fin de desacreditarla.

Comprometer la salud de la víctima:

  • Destinar a la víctima a tareas peligrosas o nocivas para la salud.
  • Amenazarla con violencia física.
  • Agredirla físicamente, sin gravedad “a título de aviso o advertencia”.
  • Agredirla físicamente sin retenerla.
  • Ocasionar voluntariamente gastos a la víctima con la intención de perjudicarla.
  • Ocasionar desperfectos en el domicilio de la víctima o en su sitio de trabajo.
  • Agredir sexualmente a la víctima.
Acoso institucional, mucho más de lo que asoma

Hace unos meses el diario El Mundo se hacía eco de las conclusiones a las que se llegaba en el XI CONGRESO DE PSIQUIATRÍA LEGAL celebrado el pasado año en Oviedo, donde se hablaba por primera vez de un nuevo término denominado “Acoso Institucional” que consiste en las consecuencias plenamente perniciosas que provoca para los trabajadores el propio sistema laboral.
En una de las sesiones el abogado laboralista Fernando Pérez Espinosa se expresaba de este modo: “Frente al mobbing, está el acoso institucional, que provoca un sistema de empleo precario, temporal, de descenso del nivel de calidad, de retribuciones en constante evaluación. Todo esto conlleva desmotivación, inseguridad, baja autoestima, depresión. Lo mismo que el mobbing, pero con otro culpable. Si se midiera el porcentaje de trabajadores hostigados por el sistema en España el resultado sería de alarma”.
Pero eso no es todo, la gravedad del asunto es de tal calibre, que este experto en el tema concluyó diciendo: “En el mobbing tradicional hay una intención de hacer daño al trabajador, que acaba harto y deprimido.
En el acoso institucional, el sistema trata de sacar los máximo de ti, aún por encima de tus posibilidades…”
En mi opinión, de este problema radican los demás tipos de acoso que conocemos, uno de los cuales es el mobbing.


   CÓMO DETECTAR Y CÓMO ACTUAR SOBRE EL MOBBING

Si crees que tú o alguien de tu entorno padece alguno de los comportamientos agresivos descritos en la relación expuesta, busca ayuda en tu familia o amigos, acude a un especialista, un psicólogo o un psiquiatra y denúncialo sindicalmente.
Recuerda que si padeces acoso moral, eres la víctima, nunca el responsable de la situación.


Mundo Obrero / Mayo 2003

miércoles, 2 de enero de 2013

ANÁLISIS DEL ACOSO Y CÓMO COMBATIRLO!!!





Hace algunos años, la Plataforma de Trabajadores de Correos hiciera un estudio de investigación sobre el ACOSO. Estos son los resultados.  Creemos tremendamente necesario que los leas, valores y divulgues por todos los medios a tu alcance. 

No podemos permitir que se desarrolle esta arma al servicio de los Jefes o  de los mismos compañeros arrastrados y enfermos de poder. 

Entre todos podremos vencerla , estamos convencidos...!!! pero tendremos que ir poco a poco, divulgando sus condicionantes y yendo poco a poco hacia donde nace; es una labor de laboratorio, de investigación, para más tarde , de concienciación y puesta en práctica de medidas de combate contra esta lacra. 

Ahi entramos absolutamente todo el colectivo.

Entramos en principio desde abajo con dos palabras: dignidad y solidaridad. 

Pero vayamos por partes: veamos el trabajo de los compañeros de la Plataforma: 


                            ANÁLISIS

         1 la finalidad del acoso es colectiva

Debemos tener muy claro que el mobbing no es un acoso individual o personal, es un acoso a todos, hacia todo el colectivo. Se toma a la víctima como ejemplo de lo que les puede ocurrir al resto de trabajadores si no acatan las órdenes o no se muestran sumisos. Es por tanto un acoso ejemplarizante.

Por consiguiente, se hace necesaria por parte de los compañeros, una respuesta que debe ser inmediata, en el momento mismo en que tienen lugar los hechos de acoso o represión y que consiste no sólo en apoyar moralmente al compañero víctima del acoso sino que presente una postura clara y contundente de rechazo hacia esas prácticas, puesto que su silencio no les mantiene al margen del acoso sino que los convierte en cómplices indirectos de él.
Con esta actitud se pretende parar los pies al acosador, evitar que su comportamiento se engrandezca y no vea campo posible para continuar con esta conducta de modo que en adelante, aunque sea por temor, respete al trabajador y no se extralimite ni en sus formas ni en sus atribuciones.


2 punto de origen en el reparto desigual de las cargas de trabajo

Existe una desigual distribución de las cargas de trabajo. Así mismo existen enormes diferencias en cuanto al trato que l@s jefes dispensan a sus subordinados, suelen existir grupos de privilegiad@s que cierran filas en torno al acosador.

Hay compañeros que asumen sobrecargas de trabajo y exceden su horario dando pie de este modo a comparaciones injustas. Quien no pasa por el aro es considerado un “vago”.

3. medidas para combatir : solidaridad y compañerismo

Por eso es tan importante la solidaridad y el compañerismo, valores hoy en día poco en práctica. Nos falta conciencia social, una conciencia solidaria de “tender la mano” que arrope al trabajador con problemas. Esta falta de concienciación también está siendo propiciada por la propia Empresa para su beneficio, creando un mal ambiente, fomenta el individualismo, es el “divide y vencerás”.
Como resultado de esto, el trabajador no se siente parte del colectivo sino que busca su propio beneficio, incluso si llega el caso, a expensas de los derechos usurpados a otros compañeros.
Resulta imprescindible pues, trabajar para crear una conciencia colectiva que incentive la cooperación, la confianza, la solidaridad, que alimente la lucha imprescindible para defender y garantizar nuestros derechos ante la Empresa. De esta manera ganaremos en autoestima, en dignidad individual y colectiva y en respeto “RESPETO A LA CLASE TRABAJADORA”.

4. Objetivo prioritario de la empresa :Búsqueda de la productividad salvaje

En Correos desde hace tiempo se está desarrollando una nueva metodología laboral que se basa en la búsqueda de la productividad a toda costa, introduciendo una serie de cambios que tienen como objetivo final la privatización.
Por ejemplo, los puestos de mando, como los Jefes de Equipo (jefes de nivel 14 y 16), son designados a dedo sin ningún proceso selectivo, sintiéndose obligados a ejercer una obediencia ciega al mando superior que lo ha designado, con una serie de órdenes a cumplir. Órdenes que en la mayoría de los casos son verbales, no constan por escrito ni llevan firma, con lo cual la responsabilidad se disipa no es tangible, no hay un responsable directo.
Teniendo en cuenta esta meta (producción y privatización), la Empresa impone una estructura organizativa jerárquica en la que como estrategia se utiliza la presión, que se va ejerciendo de los mandos superiores a los inferiores, siendo el trabajador la base, el último escalafón de esta pirámide y sobre el que se ejerce el acoso convirtiéndole en una víctima indefensa:

........................ “tanto produces, tanto vales”.

La necesidad que tiene la Empresa de producir a destajo, desdeñando la calidad que se le supone a un servicio público, conlleva que los derechos de los trabajadores se vean mermados cada día, o incluso que sea él mismo el que renuncie a su disfrute, como los 20 minutos de descanso, o ponga en riesgo su propia salud, saltándose la normativa sobre riesgos laborales (carga y descarga incorrecta, sobrepeso en el carro, etc.).

Por otra parte y como consecuencia del exceso de trabajo y la presión, el trabajador desarrolla a menudo un trabajo deficiente, cometiendo errores producto de la precipitación, perdiéndose la calidad en el servicio, hecho que poco importa a la Empresa, su máxima es: producir y producir.

Esa presión que la Empresa ejerce, no podemos alimentarla nosotros mismos, creyéndonos poseedores de algo, sólo tenemos herramientas de trabajo que están a nuestra disposición para el desarrollo de éste, pero no son de nuestra propiedad: las cartas no son nuestras, el carro no es nuestro, la moto no es nuestra… el creerlas como propias nos lleva a pensar que debemos realizar más trabajo del que en realidad podemos abarcar, asumiendo una responsabilidad que no nos corresponde.

A la presión que ejerce la empresa, que se ve representada en nuestro jefe inmediato, junto con la ejercida por nosotros mismos, por ejemplo, al obligarnos diariamente a terminar el recorrido completo de la sección cuando ésta resulta imposible por exceso de trabajo o sobredimensión de la misma , también hay que añadir la que ejercen los propios compañeros (mobbing horizontal) considerándole como un mal trabajador cuando hace uso de sus derechos (su descanso) o no puede con todo el trabajo, incluso insinuando que actúa mal adrede para perjudicar a los compañeros o a la propia Empresa.

5. Un primer aliado de la empresa : actitudes de los compañeros

Todas estas actitudes por parte de los compañeros también pueden derivar en mobbing, que puede resultar tan dañino como el que procede del jefe. Además, con el afán de hacer méritos ante el superior, determinados compañeros pueden llegar a hacerle el vacío, lanzando críticas o cotilleos que persigan denostarle, comportamientos éstos indignos, que pueden afectar psicológicamente al acosado al sentirse falto de apoyo llevándole a un aislamiento.

6. Un segundo aliado de la empresa: las Mutuas Laborales

También hay que mencionar la presión procedente de las Mutuas Laborales, en aquellos casos en que el trabajador acuda por enfermedad o accidente laboral, ya que al estar contratadas por la Empresa es corriente que ponga en tela de juicio la veracidad de los hechos. Es otro tipo de presión ejercida desde el poder, que coloca al trabajador en una situación de riesgo para su salud o bien que puede llevarle a sufrir una pérdida económica al descontarle dinero del CPA a fin de mes.

7. Un tercer aliado de la empresa: actitudes pasivas de los sindicatos mayoritarios

En ocasiones el acoso laboral se ve favorecido por la actitud pasiva de los sindicatos mayoritarios.

8. Desconfianzas

Nos encontramos en un escenario en el que es muy común la desconfianza de los jefes hacia los trabajadores y el miedo de los propios trabajadores, circunstancias que favorecen el acoso laboral.

Tenemos que tener claro que el acoso laboral perjudica también los intereses de la empresa puesto que la explotación de los trabajadores no hace sino deteriorar la calidad del servicio.

9. Nuestras soluciones pasan por investigar los aspectos negativos

Ante este panorama de acoso y represión en Correos no debemos hacer un discurso pesimista sobre nuestra situación, el tener en cuenta los aspectos negativos de todo esto, nos puede ayudar para saber más adelante contra qué tenemos que luchar, así sabremos hacia donde ir, a quién dirigirnos y llegar a una solución.



                           PROPUESTAS


1. Órdenes de la Jefatura

En primer lugar cuando el trabajador, víctima del acoso, se da cuenta de que las órdenes recibidas se extralimitan a son abusivas, deberá enfrentar la situación no cayendo en la manipulación que el acosador-es pretenden ejercer sobre él, cuestionando continuamente aquello que le parezca injusto o inadecuado, presentando una postura firme desde un principio y no dejándose caer en la sumisión ni en el victimismo.

Tras pedir la oportunas explicaciones que razonen la orden dada, si la postura del superior persiste en que la orden injusta debe cumplirse, el siguiente paso que el trabajador deberá dar es, no enfrentarse de forma acalorada al jefe, sino buscar otros recursos como son el apoyo de los demás compañeros y de los sindicatos.

2. Darse cuenta que formamos parte de un colectivo

Llegado a este punto debemos trabajar por crear conciencia social, puesto que el ser humano no es un ser individual sino que forma parte de un colectivo y todo lo que le ocurre a uno repercute también en los demás, toda injusticia que se comete sobre una persona trasciende al resto de la sociedad. En este caso, como trabajadores de Correos, debemos tener claro que la solidaridad es la única vía de unión y respuesta posible ante hechos que en un determinado momento también pueden repetirse en cualquiera de nosotros.

Incidir sobre la concienciación es vital, es nuestro mejor mecanismo de defensa, es un síntoma inequívoco de buena salud entre la clase trabajadora porque nos dignifica y nos sitúa en el status que debemos estar como trabajadores respetados y valorados.

Como ejemplo de concienciación y solidaridad entre los trabajadores comentaremos un caso real que sucedió en el CCP de Chamartín: un Jefe de Servicio agredió verbalmente a una trabajadora y ante esta falta de respeto, de forma espontánea, todos los compañeros unidos paralizaron el trabajo para apoyar a la compañera, sintiéndose ellos mismos también agredidos ante una situación tan degradante, viéndose el Jefe obligado a pedir disculpas.

Debemos hacer hincapié que ante las mentiras, insultos o críticas debemos plantar cara al acosador con energía, pero sin caer en el mismo lenguaje soez y despectivo utilizado por él, no perdiendo las formas que nos situarían a su misma altura. De esta manera, los compañeros valorarán nuestra actitud y se prestarán con más facilidad a la colaboración.

3. Nunca dejar pasar la afrenta: enfrentarse con ella desde el primer momento


Si la situación no se corrige y llega a enquistarse, llevando al trabajador a una situación límite, tanto laboral como emocionalmente, el siguiente paso es la denuncia ante la autoridad competente (nos remitimos aquí al punto donde se desarrolla la ponencia jurídica) .

4. Combinar denuncia con la acción directa

No obstante, otra de las propuestas que se presentaron fue la combinación de la denuncia con la acción directa. Entendiendo “acción directa” como el conjunto de actividades encaminadas a visibilizar y presionar a empresa y acosadores para que el acoso termine ya. Para dotar de mayor eficacia a la acción directa es importante que esta sea continuada en el tiempo.

Ejemplos de acción directa:

  • acudir a los centros de trabajo donde se producen los hechos, divulgando y denunciando, mediante carteles y panfletos, el caso de mobbing, y a la persona que lo lleva a cabo.

  • enviar e-mails a la dirección de correo electrónico del centro de trabajo donde tienen lugar los hechos y a su vez al Jefe de Relaciones Laborales, haciendo constar en el mismo, la denuncia del acoso, el apoyo a la víctima y la exigencia de medidas para acabar con dicha situación,

  • concentraciones denunciando el acoso públicamente ante el centro de trabajo en cuestión o ante la Jefatura Provincial respectiva o incluso Centro Directivo, contando con la presencia de los medios de comunicación para que se hagan eco de la noticia.


martes, 9 de octubre de 2012

Basta de represión ya!!



Iniciamos una nueva etapa en nuestra lucha para que todos tengáis una vida  laboral  digna y no os traten como animales .  Todos merecemos un respeto y ser escuchados, independientemente de nuestras ideas. Lo contrario sería caer en una espiral reaccionaria donde el pensamiento correcto será lo que avale al futuro trabajador.

De ahí el resurgir de este antiguo blog, que por causas organizativas tuvimos que trasladar con otro nombre a los  medios de comunicación de la CGT de A Coruña.

Este blog junto con el recién creado boletín "ALCATRAZ" cumplirá una labor: la de denunciar a eses y esas personas que tienen como meta el hacerse valer por medios violentos.

La estrategia de nuestra empresa referente a los recursos humanos está muy clara.

Dentro de esta estrategia de Correos y un sinfín de empresas , está precisamente en crear esa mentalidad derrotada y sumisa del trabajador. Tal y como están las cosas se las van a prometer muy felices.

Pero se olvidan de algo: somos seres humanos , y como tales, llevamos , entre otros muchos tesoros, de una manera innata la lucha por la libertad . Podrán seguir implantando el miedo entre el colectivo, pero nunca podrán eliminar este concepto del ser humano.

En Correos, vemos que en las relaciones humanas vamos para atrás. Quizás los jefes intermedios reciban unas consignas  (los de arriba las suelen dar  muy confusas, para no cogerse las manos) de ir paulatinamente haciéndose con el colectivo a base de tácticas aprendidas en sus cursillos.

Todo forma parte de una estrategia orientada a crear ese colectivo sumiso, extirpando los rebeldes y dejando los proclives.

El perfil del trabajador tipo de Correos lo están creando poco a poco, con sus sindicatos mirando disimuladamente para otro lado:

Prefieren a un trabajador eventual que a uno fijo, y sobretodo , que sea funcionario.
Prefieren a un trabajador con contrato precario por horas, no con un contrato a tiempo total.
Prefieren gente joven, poco vinculada a la empresa.

Nos preguntamos si ellos también las preferirán rubias?